25 de Febrero 2006

Cinco extraños hábitos.

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"El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título 5 extraños hábitos. Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debéis escoger 5 nuevas personas y añadir el link de su blog o diario web. Es importante dejar un comentario en su blog, diciendo.... "Has sido elegido" y decirles que lean el vuestro, para que acepten o no el reto!"

Lo prometido es deuda, así que aquí van mis cinco extraños hábitos.
La primera manía que tengo es que soy muy pero que muy supersticiosa. No puedo dejar unas tijeras abiertas ni pasar por debajo de un andamio sin cruzar los dedos. Los gatos negros me dan muy mal rollo, y si me encuentro una moneda tirada en la calle, automáticamente me traerá buena suerte. Los exámenes, los hago con el boli que ha estudiado conmigo, que para eso es el que mejor se sabe los temas. No puedo escribir el 12+1, y si hay algo que me preocupa, enchufo la radio. Si lo primero que escucho está en español, es que la cosa va a ir bien. Lo pienso fríamente, y lo de la radio puede parecer una auténtica chorrada, pero a mi me da resultados.
La segunda manía que tengo, no sé si es una manía realmente, pero es algo que suelo hacer. Cuando conozco a una persona, en lo primero que me fijo, es en los zapatos. A ver, no estoy diciendo que no me fije en su cara, o en otras partes no menos interesantes, pero los zapatos, son los zapatos. A mi parecer, indican mucho acerca de la persona. Los zapatos son los que nos llevan a todos lados, y bueno, quizás es bastante maniático eso de mirar con tanto detalle qué zapatos lleva la gente y en qué estado los lleva.
Haciendo un recuento de manías, otra que tengo es darle la mano a la gente desconocida. A ver, aclaro esto: cuando se presenta alguien (típico buitre que te entra un sábado noche), pues yo en vez de darle los dos besos de rigor, le doy la mano. Este tipo de situaciones son realmente divertidas, porque el tío se queda totalmente descolocado, nunca se espera que le planten un saludo tan frío, pero es lo que hay. No me gusta besar a gente totalmente desconocida ni tampoco eso de que me toqueteen demasiado.
Buscando una cuarta manía, encuentro quizás la que más conoce mi gente. Cuando me bebo una lata de refresco o cerveza, es para mi totalmente inevitable hacer el juego de las letras, con mi lata o la de los demás. Este juego consiste en ir doblando la chapita que queda cuando se abre una lata. La primera vez que la doblo, corresponde a la letra A, y avanzan las letras conforme se dobla la chapa. Al final, ésta se parte en una letra determinada. Pues bien, si la letra coincide con la inicial del nombre del chico que me gusta, la guardo. Lo que suelo hacer es ponerla en el llavero. Así que se puede decir que colecciono letras imposibles en mi llavero…
Mi quita manía es que no me puedo dormir con la cama sin hacer. Es imposible en mí que me acueste en unas sábanas deshechas. En el día de Año Nuevo, me suelo levantar para cenar -después de toda la noche de marcha- y justo antes de volver a la cama, tengo que hacerla, como si fuera por la mañana.
Supongo que tengo muchas manías más, pero creo que con estas cinco, os hacéis a la idea de lo maniática que una persona puede llegar a ser. No he mencionado que sumo los números de las matrículas para no parecer del todo rara… pero sí, los sumo hasta que obtengo un número de un solo dígito. Rarita que ha salido la niña… vaya.
Una canción: Chi non ha talento insegna, de Tizziano Ferro.
Escrito por susana a las 12:13 AM | ¿Alguien quiere decir algo? (8)

21 de Febrero 2006

Aún recuerdo cómo nos conocimos.

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Aún recuerdo cómo nos conocimos. Era una tarde con lluvia, yo acababa de bajarme del autobús. Venía de teleco, cansada, cargada de libros y apuntes. Chocaste conmigo, y todo calló al suelo. Te dio tanta vergüenza, que me ayudaste a recuperar todas y cada una de las hojas que se esparcían por la Alameda.

Cuando por fin recopilamos mis valiosos folios, como compensación al desbarajuste que tu choque despistado había creado, me sugeriste ordenar los apuntes en aquella vieja cafetería, con un cafelito de por medio. En aquel momento me pareció una locura, pero te ví cara de bueno – porque tienes cara de bueno – y allí que fui, a intentar ordenar aquellos apuntes no numerados.

En seguida congeniamos, hablamos de lo divino, de lo humano… nuestras miradas se encontraron en uno de esos silencios mágicos, y surgió la chispa. Por supuesto, no ordené los apuntes, y el café se transformó en un paseo hasta mi casa. ¡Y eso que llovía!

La otra noche me preguntaste: “Susana, ¿tu y yo cómo nos conocimos?” Es imposible olvidar cómo nos conocimos, porque justo a partir de esa tarde, en la que nos encontramos por casualidad, empezó todo. ¿Ves? Por tu sonrisa deduzco que tampoco la has olvidado.


Una canción: A irmandade das estrelas, de Carlos Nuñez.

Escrito por susana a las 12:01 AM | ¿Alguien quiere decir algo? (4)

19 de Febrero 2006

Nuestro puente.

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Susana vuelve a las andadas. Vuelve a escuchar Alejandro Sanz (nada recomendable en determinados estados), y vuelve a soñar despierta, que es su especialidad.
Ahora que no estás, voy a inventarme este post. Para empezar, tu regresabas y no nos separábamos más. Supongo que nos iríamos a vivir debajo de cualquier puente, con mi paga de 20 euritos, hay para poco, pero eso es lo de menos.
La historia esta vez la escribo yo, así que no tengo que decir la verdad. Somos felices en nuestro puente, no pasamos frío aunque esté al aire libre, y comemos y bebemos lo que nos da la gana.
No te diré que me beses, porque al darme la mano, me besarás sin que yo te diga nada. Oiremos violines y todo lo que tu quieras. Atardecerá, amanecerá, pasarán los días y no nos daremos ni cuenta. Las horas serán segundos en nuestro puente, sólo porque estamos juntos. Y cuando yo esté en clase (porque lo de vivir bajo del puente será temporal, hasta que acabe la carrera) me echarás de menos, por lo menos la mitad de lo que te echo de menos yo a ti.
Y bueno, cuando me entere de que te has ido, de que todo esto es un poco (tirando a bastante) inventado, al menos este post me dirá que sí, o que no. Este Alejandro Sanz, me ha hecho un lío. Unas canciones muy bonitas, pero algo empalagosas. En fin, que al menos este post me dirá que si, que te quedas conmigo a quererme aunque sea debajo de un puente.



Una canción: Hoy que no estás, de Alejandro Sanz.


Escrito por susana a las 10:59 PM | ¿Alguien quiere decir algo? (5)