Diario de una teleñeca.Bienvenido al Diario de una Teleñeca!!
Me encanta contar las cosas que van pasando en mi entorno. De pequeña queria ser escritora, y ésta es una muy buena oportunidad. No dudes en dejar tu opinión al respecto, y volver por aquí cuando quieras.
"El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título 5 extraños hábitos. Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debéis escoger 5 nuevas personas y añadir el link de su blog o diario web. Es importante dejar un comentario en su blog, diciendo.... "Has sido elegido" y decirles que lean el vuestro, para que acepten o no el reto!"
Lo prometido es deuda, así que aquí van mis cinco extraños hábitos.
La primera manía que tengo es que soy muy pero que muy supersticiosa. No puedo dejar unas tijeras abiertas ni pasar por debajo de un andamio sin cruzar los dedos. Los gatos negros me dan muy mal rollo, y si me encuentro una moneda tirada en la calle, automáticamente me traerá buena suerte. Los exámenes, los hago con el boli que ha estudiado conmigo, que para eso es el que mejor se sabe los temas. No puedo escribir el 12+1, y si hay algo que me preocupa, enchufo la radio. Si lo primero que escucho está en español, es que la cosa va a ir bien. Lo pienso fríamente, y lo de la radio puede parecer una auténtica chorrada, pero a mi me da resultados.
La segunda manía que tengo, no sé si es una manía realmente, pero es algo que suelo hacer. Cuando conozco a una persona, en lo primero que me fijo, es en los zapatos. A ver, no estoy diciendo que no me fije en su cara, o en otras partes no menos interesantes, pero los zapatos, son los zapatos. A mi parecer, indican mucho acerca de la persona. Los zapatos son los que nos llevan a todos lados, y bueno, quizás es bastante maniático eso de mirar con tanto detalle qué zapatos lleva la gente y en qué estado los lleva.
Haciendo un recuento de manías, otra que tengo es darle la mano a la gente desconocida. A ver, aclaro esto: cuando se presenta alguien (típico buitre que te entra un sábado noche), pues yo en vez de darle los dos besos de rigor, le doy la mano. Este tipo de situaciones son realmente divertidas, porque el tío se queda totalmente descolocado, nunca se espera que le planten un saludo tan frío, pero es lo que hay. No me gusta besar a gente totalmente desconocida ni tampoco eso de que me toqueteen demasiado.
Buscando una cuarta manía, encuentro quizás la que más conoce mi gente. Cuando me bebo una lata de refresco o cerveza, es para mi totalmente inevitable hacer el juego de las letras, con mi lata o la de los demás. Este juego consiste en ir doblando la chapita que queda cuando se abre una lata. La primera vez que la doblo, corresponde a la letra A, y avanzan las letras conforme se dobla la chapa. Al final, ésta se parte en una letra determinada. Pues bien, si la letra coincide con la inicial del nombre del chico que me gusta, la guardo. Lo que suelo hacer es ponerla en el llavero. Así que se puede decir que colecciono letras imposibles en mi llavero
Mi quita manía es que no me puedo dormir con la cama sin hacer. Es imposible en mí que me acueste en unas sábanas deshechas. En el día de Año Nuevo, me suelo levantar para cenar -después de toda la noche de marcha- y justo antes de volver a la cama, tengo que hacerla, como si fuera por la mañana.
Supongo que tengo muchas manías más, pero creo que con estas cinco, os hacéis a la idea de lo maniática que una persona puede llegar a ser. No he mencionado que sumo los números de las matrículas para no parecer del todo rara pero sí, los sumo hasta que obtengo un número de un solo dígito. Rarita que ha salido la niña vaya.
Aún recuerdo cómo nos conocimos. Era una tarde con lluvia, yo acababa de bajarme del autobús. Venía de teleco, cansada, cargada de libros y apuntes. Chocaste conmigo, y todo calló al suelo. Te dio tanta vergüenza, que me ayudaste a recuperar todas y cada una de las hojas que se esparcían por la Alameda.
Cuando por fin recopilamos mis valiosos folios, como compensación al desbarajuste que tu choque despistado había creado, me sugeriste ordenar los apuntes en aquella vieja cafetería, con un cafelito de por medio. En aquel momento me pareció una locura, pero te ví cara de bueno porque tienes cara de bueno y allí que fui, a intentar ordenar aquellos apuntes no numerados.
En seguida congeniamos, hablamos de lo divino, de lo humano nuestras miradas se encontraron en uno de esos silencios mágicos, y surgió la chispa. Por supuesto, no ordené los apuntes, y el café se transformó en un paseo hasta mi casa. ¡Y eso que llovía!
La otra noche me preguntaste: Susana, ¿tu y yo cómo nos conocimos? Es imposible olvidar cómo nos conocimos, porque justo a partir de esa tarde, en la que nos encontramos por casualidad, empezó todo. ¿Ves? Por tu sonrisa deduzco que tampoco la has olvidado.
Una canción: A irmandade das estrelas, de Carlos Nuñez.
Susana vuelve a las andadas. Vuelve a escuchar Alejandro Sanz (nada recomendable en determinados estados), y vuelve a soñar despierta, que es su especialidad.
Ahora que no estás, voy a inventarme este post. Para empezar, tu regresabas y no nos separábamos más. Supongo que nos iríamos a vivir debajo de cualquier puente, con mi paga de 20 euritos, hay para poco, pero eso es lo de menos.
La historia esta vez la escribo yo, así que no tengo que decir la verdad. Somos felices en nuestro puente, no pasamos frío aunque esté al aire libre, y comemos y bebemos lo que nos da la gana.
No te diré que me beses, porque al darme la mano, me besarás sin que yo te diga nada. Oiremos violines y todo lo que tu quieras. Atardecerá, amanecerá, pasarán los días y no nos daremos ni cuenta. Las horas serán segundos en nuestro puente, sólo porque estamos juntos. Y cuando yo esté en clase (porque lo de vivir bajo del puente será temporal, hasta que acabe la carrera) me echarás de menos, por lo menos la mitad de lo que te echo de menos yo a ti.
Y bueno, cuando me entere de que te has ido, de que todo esto es un poco (tirando a bastante) inventado, al menos este post me dirá que sí, o que no. Este Alejandro Sanz, me ha hecho un lío. Unas canciones muy bonitas, pero algo empalagosas. En fin, que al menos este post me dirá que si, que te quedas conmigo a quererme aunque sea debajo de un puente.
Hoy me he comprado unos pendientes preciosos. Es una tontería, pero entrar a la tienda y decirle a la dependienta "me llevo esos", ha sido maravilloso. Como ahora me ha salido dar unas clases particulares, tengo un dinerillo extra que me viene fenomenal. Lo ahorro casi todo, pero hoy no me he podido resistir y me he dado el capricho. Son color oro viejo, largos, muy festivos, y van fenomenal con la camiseta que me voy a poner mañana noche.
El modelito fiesta post-exámenes, lleva elegido desde primeros de enero, y por fin toca ponérselo. Parecía imposible pero no, los exámenes han acabado, he aprobado álgebra, y hay que celebrarlo. También quedaba pendiente la celebración de mi cumple, así que bajaré una botella de ron miel, que la ocasión lo requiere.
Sigo sin acostumbrarme a eso de tener tiempo libre, aunque casi no paro. No he cumplido ni uno de mis objetivos de vacaciones (tipo leer un libro, ordenar el armario, reubicar apuntes ) pero creo que no cumplirlos es buena señal. En su lugar, he bajado al paseo marítimo un par de veces, y casi todas las tardes tomo cafelito por ahí.
Mañana brindaremos por todo un poco, y el lunes de vuelta a mi amada rutina. Cómo pasa el tiempo
Sigo viva aunque casi no escriba. Los días pasan, los acontecimientos se suceden en mi vida, todo vuelve más o menos a su ritmo normal, y yo me pregunto cúando encontraré mi sitio en este mundo.
Durante el día sueño despierta y por las noches, nunca tengo sueño. Trato de hacerme a la idea de que estoy de vacaciones, pero no me acostumbro. Pienso que es un buen momento para reflexionar sobre mi vida en general, y sobre mi corazón en particular, pero me aterra hacer balance.
Me aburren los telediarios, se me atragantan las preguntas sobre la carrera, y me da rabia que nada sea como espero. Si pudiera gritar, dejaría sordo a más de uno. Y si pudiera escapar lejos de todo, me iría sin pensarlo.
Planeo nuestra huida hacia el fin del mundo, pero hoy sé que me iré yo sola. No te preocupes, porque por una vez, no tengo miedo. Tampoco te entristezcas, porque no merece la pena. Podríamos ser los niños más tristes de la ciudad, pero no serviría de nada.
Mañana el sol volverá a salir y será un nuevo día. Intentaré ir a ver el mar para escuchar las olas y sentir su brisa. Justo en ese momento, en el que el aire acaricie mi pelo, volveré a soñar despierta. Hasta entonces, me quedo con el recuerdo de tu risa, el aroma de tu piel y la suavidad de tus caricias.
La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña que no soy ni seré tu mejor amante.
La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña que no somos ni seremos nunca los de antes.
No ve, ya mismo es San Valentín, al ver los corazones esos me he acordado.
Yo le he comprado a mi parienta un CD que quería.
Pos yo entonces ya no me puedo gastar más dinero, porque aún no le he comprado nada, y menos mal que te lo avisan con tiempo, porque el cumpleaños siempre se me olvida y no veas que papelón.
Regálale un Winnie gigante que eso nunca falla.
Ni regalos ni amor ni leches. Cualquier día del año, es un buen día para decirle a ese alguien lo mucho que te_gusta/le_quieres/le_amas. No os dejéis engañar por todo el consumismo que se avecina en los próximos días. En el caso de que tengáis una muy buena excusa para regalar algo, que por lo menos, tenga cierta utilidad. Yo por ejemplo, prefiero una calculadora programable o un mp3 a cualquier peluche gigante. Y si dedicáis una canción, que sea con fundamento, para sorprender realmente a la peña. Dedicarla para nada, es tontería.
Una día la vida echará abajo tu puerta.
Rendida, acorralada te pedirá cuentas
por este fracaso,
por haberme mentido.
Y no encontrarás al hombre que te ponga a salvo,
que el hecho de estar vivo siempre exige algo.
Déjate convencer,
duerme esta noche conmigo.
Que el amor se encuentra antes si se busca.
Mira que casualidad si yo fuera tu hombre
y la duda de haberte dado luz
no te deja dormir nunca.
Déjate convencer.
Ya habrá alguien que se haga cargo
de recoger las culpas de este pecado.
A donde iré, sin este abrazo.
No te puedes negar,
no sea que nuestro pasado nos llegué a atrapar.
Esta noche está en nuestras manos decir alguna verdad
que ya, que ya mentimos a diario.
Anda, echa un vistazo a tu alrededor,
no seas tonta,
mira que no hay un alma que llevarse a la boca,
que hay que repartir caricias
y esta noche me toca.
Que yo también comparto los mismos miedos,
también busco una cinta para atar el tiempo.
También arrastro conmigo una cadena de sueños.
Una día la vida echará abajo tu puerta.
Rendida acorralada te pedirá cuentas
por este fracaso,
por haberme mentido.
Preguntaba Buenafuente si éstan escritas todas las canciones de amor. Yo creo que no, pero con canciones como ésta, Serrano, se lo pones muy difícil a las que están por venir. Se me han roto los altavoces del ordenador y no puedo escucharla, así que toca quitarle las pilas a los relojes y despertadores.
Los planes improvisados son los mejores, sin lugar a duda. Lo que en principio era una tarde común de biblioteca, acabó en el concierto de Víctor de O.T. No preguntéis por mi conciencia, ni por lo agobios típicos de estas fechas. Malia se plantó con un manojo de entradas, así que al concierto de este chico que fuimos todas. Si es que, luego pasa lo que pasa ;) (gracias Malia).
Ni que decir tiene, que no nos sabíamos ni una sola de sus canciones. Ni siquiera el título del single, pero tampoco nos hizo falta. Lo mejor fue la sensación de plantarme un jueves noche en el centro, sin un euro encima, con las pintas de la facultad y un colorete improvisado en casa de mis amigas... en mitad de los exámenes.
El concierto (cantó tres canciones) fue demasiado guay para mí. Y es que el Víctor éste, es un sobrado de narices. Los sobrados nunca me han gustado pero paradójicamente, la letra de una canción que cantó si que me gustó, cosas que pasan.
Si te sientes triste y sola
Si tu historia no empieza bien
Si vives sin pena ni gloria
Te voy a socorrer
Malos rollos caeran en olvido
Sueños que podrás compartir
No abandondes a medio partido
Que todo llegará
Tengo que averiguar si al triunfito le escriben las canciones, o es tan tan tan auténtico como presume. Esto era un cachito de su single, Juguemos fuerte, y bueno, si la leéis así en frío puede parecer una canción un poco penca, pero en directo, gana mucho. La parte en la que dice se acabó la mala suerte, me suena de algo.
Al final, me llevé dos besos, autógrafos para toda la peña, y una conversación con Víctor en plan "que guay que soy" que para mí se queda. Las dos horas (aproximadamente) que duró el concierto-entrevista-peloteo_de_las_fans, fueron suficientes para mí. Sin comentarios, vaya.
Primer examen, con todo lo que ello conlleva. A estas horas, estoy medio contenta, pero esta mañana todo era caos en estado puro. Sin duda, el momento crítico ha sido mi entrada en la clase. Justo ahí, he perdido la poquita cordura que me quedaba. Verme rodeada de pipiolos, todos revoloteando alrededor de un posible ejercicio de examen (según el profe de la academia, claro) ha podido conmigo. De hecho, he soltado el archivador y me he ido a la cafetería. Entrada vista y no vista .
Juan, necesito un carajillo -omito que necesito muchas cosas-
Nerviosa con el examen?
Va a ser que sí.
Pues entonces mejor una tila.
Cuarta tila en menos de 24 horas. No recuerdo un récord semejante. Matrices semejantes... uff uff uff. A lo hecho, pecho. Así que básicamente, queda esperar, esperar y esperar, como con todo. Principio de incertidumbre que se llama. Ya lo decía Heisenberg y nos lo confirma Serrano. Tenía mono de su voz.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas
tu habitación alumbren
y mi amor esté cerca
y los dioses duden.
Y este sea un buen principio,
principio de incertidumbre.
Puede que te salves... puede
que amanezcas conmigo
y las espadas se entierren.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Una posibilidad existe
de que amanezcas conmigo
y los cañones se oxiden.
La verdad es que no estaría nada mal eso de que amanecieras conmigo.