Diario de una teleñeca.
Bienvenido al Diario de una Teleñeca!!
Me encanta contar las cosas que van pasando en mi entorno. De pequeña queria ser escritora, y ésta es una muy buena oportunidad. No dudes en dejar tu opinión al respecto, y volver por aquí cuando quieras.
9 de Agosto 2004
Lágrimas de San Lorenzo.
Me encanta mirar las estrellas. Entre todos los proyectos para los que ahorro, entre el coche y el viaje al Caribe, está el telescopio. Eso si que debe de ser una auténtica gozada. Y es que eso de la Astronomía me gusta mucho. Quería ser astronauta, y aun sigo con ese sueño
entre otros muchos. Recuerdo mi primera estrella fugaz. Estaba con mi madre, en la terraza. Se movía lentamente. Parecía que la estrella, quería ser vista en todo su esplendor. Brillaba, y yo me podía muy nerviosa. Pedí un deseo, pero no recuerdo si se cumplió.
Cuando en la E.G.B. aprendí cómo esta formada realmente una estrella fugaz, me decepcionó bastante. Es más, memoricé la definición, pero en mi interior seguía pensando que estas estrellas, eran en realidad, estrellas viajeras. Salían de su casa, iban a otro sitio, y cuando llegaban, de pronto, desaparecían. Es increíble.
Si las ves, te conceden un deseo. Siempre pensé que las demás estrellas estarían celosas. Yo no es que sea muy celosa, pero si fuera una estrella, sin dudarlo ni un momento, elegiría ser estrella fugaz. Claro que este tipo de cosas no creo que se puedan elegir. Lo que si puedes elegir es el deseo que quieres pedir. Yo tengo una lista interminable de deseos, de cosas que me gustaría que pasaran. Hay que tener cuidado con lo que se desea, ya que si se hace realidad, la conciencia te puede jugar una mala pasada. Otra cosa muy importante en esto de los deseos, es no contarlo a nadie. Cuando digo nadie, digo nadie. Si alguien se entera de tu deseo, lo más seguro es que nunca se cumpla. Esto está empezando a sonar a cadenita internauta de la amistad
Pero por si acaso, no los formules en voz alta.
Lágrimas de San Lorenzo, estrellas fugaces en honor al mártir. En la noche del 10 al 11 de agosto, tendremos la oportunidad de contar cuántas estrellas surcan el firmamento, y de pedir un deseo por cada una de ellas. Dicen que la mejor hora para verlas es sobre las 23:00, así que ya sabéis, aunque tengáis que madrugar al día siguiente, merece la pena permanecer despiertos. Y si la compañía es la adecuada, mejor que mejor. Como decía más o menos aquel anuncio de coches: esta noche, la pasaremos sobre una manta y bajo un techo de estrellas. ¡Quien pudiera!