19 de Junio 2004

Las cinco del sábado.

Michael_Gregory Tulip_2003.jpg


Si, ya lo sé, ayer faltaron las cinco del viernes, y por eso, las contesto ahora. Es lo que tiene estar de exámenes. Ya sólo me quedan tres... pero aún no veo la luz del final del largo túnel.


1. Si tuvieras que diseñar tu propio infierno, ¿cómo sería?
Aunque lo primero que se me viene a la mente es el clásico infierno con llamas y trabajos físicos en una especie de mina africana, mi verdadero infierno sería un sitio desértico, sin presencia de nada, con ausencia de todo, lleno de oscuridad, en el que nadie me pudiera ayudar, y en el que perdiera la noción del tiempo asumiendo mi completa soledad.

2. ¿Y tu paraíso?
Mi paraíso ya lo conozco. Son las playas de Menorca, en concreto unas calitas cercanas a Binibeca. Es una maravilla, la vida allí es otra cosa. Sin estrés, sin prisas, con todo el tiempo para poder pensar, tomar el sol, y disfrutar del sonido del romper de las olas. Arena limpia, agua cristalina, un entorno realmente paradisíaco, sin turistas ruidosos. La Malagueta en Agosto se vuelve un tanto infernal.

3. ¿Qué color crees que te representa mejor? ¿Por qué?
Depende, ¿de qué depende? De según como se mire, todo depende.
El color que mejor me representa en general, es el rosa y el morado. Colores cursis para algunos, ideales para mí. El azul es el otro gran representante de mi estado de ánimo. Supongo que me da buenas vibraciones.

4. ¿Cómo y dónde aprendiste a amar?
La lengua española tiene muchas palabras, diversos y variados términos, con muchísimos sinónimos. No obstante tiene un fallo, ya que sólo tiene una palabra para definir un sentimiento: el Amor. Debería tener varias palabras para definirlo, porque no es lo mismo el amor familiar, el que se puede dar entre amigos y el amor entre una pareja de novios.

A amar se aprende con el tiempo. Se aprende cuando esa persona te enseña todo lo que es capaz de hacer por ti, y cuando tú te das cuenta de todo lo que eres capaz de hacer por ella. De momento, no he encontrado con quien aprender ciertas cosas, pero muchas otras sí que las he aprendido, gracias a todas las personas que me quieren y me lo han enseñado.

5. ¿Qué experiencia te ha vuelto más vulnerable?
Ver que algunas cosas pasan y no puedo hacer nada para remediarlas. Hay muchas injusticias en el mundo, y muchos problemas por resolver, no sólo en Irak, Palestina o Israel, si no en mi propio entorno, en mi propio barrio, y con mi propia gente. Tenemos que intentar luchar por un mundo mejor, que, aunque suene utópico, si empezamos por mejorar lo que nos rodea, seguro que será un poquito más fácil.


Una canción: Devil in disguise (Elvis Presley).

La pintura del tulipán es de Michael Gregory Gracias por prestármela.

Escrito por susana a las 1:38 PM | ¿Alguien quiere decir algo? (3)

17 de Junio 2004

Momento caracol.

caracol.gif


Una noche, fui a cenar caracoles con mi abuelo. Le encantan los caracoles. Ya se que no resultan muy digestivos, pero a él le da igual. Yo la verdad es que no los solía comer mucho, en Málaga solo conozco un sitio que los prepare en condiciones, y está lejos de casa. Creo que comí como una docena, cuando de repente, cogí un caracol, y lo miré. Sin exagerar: tenía la carita triste, muy triste. El gesto de aquel caracol, hizo que, desde esa noche, no volviera a comer caracoles. Y te preguntarás: ¿a que viene esto de los caracoles?

Tras muchas horas de biblioteca, unas seis horas estudiando analógica, Olga me dice: el sábado estuve comiendo caracoles. Qué suerte, pensé. Hace siglos que no los como. Y justo en ese momento, vino a mi mente el recuerdo de la cara agonizante del caracol. La cosa, es que no se por qué, pero, le conté la historia de la ultima cena con caracoles, y, para explicarle mejor el motivo, dibujé la cara del caracol en una esquina del folio. Era inevitable, muchas horas de estudio, el caracol triste dibujado entre amplificadores… empecé a reírme, Olga también, y los dos niños de enfrente. Los dos niños de enfrente!! Subrealismo puro, totalmente justificado, ya que si yo veo que un muchacho se pone a dibujar un caracol para explicarle a su amigo que ya no los come, seguramente, me reiría mucho. Muchísimo. No podía parar, entre la vergüenza, la coña del dibujo, la situación… seguro que me han bautizado: la niña de los caracoles. No es que me importe, peores motes he oido.

Ahora resulta que todos los días van a la biblioteca, y yo no sé donde meterme. Me oculto tras el Sedra, montañas de folios y demás apuntes prestados. Probablemente piensen: ahí está la de los caracoles, estudiando sus nueve horas de biblioteca diarias. O quizás no, simplemente se sienten a estudiar como el resto de los allí presentes. No lo sé, pero el caso es que mi mirada se cruzó con la suya, y una sonrisa de complicidad se esbozó en sus labios. Seguro que era en recuerdo del momento-caracol, unas risas que nos sirvieron de paréntesis en la larga jornada.



Una canción: Ya quisiera yo (Ismael Serrano).

Escrito por susana a las 7:34 PM | ¿Alguien quiere decir algo? (4)