18 de Noviembre 2004

Si no es mas que la luna.

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Huye, ahora que tienes tiempo. Vete, Carlos, lejos de aquí. Corre, insensato, luego lo agradecerás.

Te preguntarás por qué una persona como Carlos tiene que huir, así, de esa manera. De momento, lo único que sabes, es que alguien le da un consejo, que más que consejo, es una orden. Vete ahora, luego será tarde. ¿Tarde para qué? No lo sabes.

Mil veces, he pensado en escapar, y seguramente, volveré a caer en la tentación de planear esa huida. Pero nunca me la han impuesto. Debe de ser una putada, con todas las letras. Eso fue lo que le pasó a Carlos. ¿Habrá hecho algo malo? Supongo que en este momento, estas pensando lo mismo que yo: no conoces este crimen tan atroz, que lleva asociado la ruptura con todo lo que quieres. Me dicen que Carlos no va a ir a la cárcel. Me comentan que no es culpable de su situación. Su consejero se ríe, se mofa de nosotros, y sobre todo, de Carlos.

Sale con lo puesto, no le da tiempo a despedirse de sus hermanos. Corre escaleras abajo, hacia el submundo de lo oculto, de lo desconocido para los conocidos. Quiere pasar desapercibido, o ellos le cogerán. Se lo dijo el consejero. ¿Quiénes le persiguen? ¿Van armados? ¿Son peligrosos? No lo sabes, no lo se. Carlos llora, se siente solo en su huida hacia mi temida soledad. No es justo. Empiezas a intuir, que acabará mal.

Si le encuentran, todos le señalarán con el dedo. Los captores se encargarán de ello, descuida. Todo su barrio sabrá de sus pecados, y lo tacharán de desconocido, así, por las buenas. Borrarán de su mente todos los recuerdos sobre Carlos, y seguirán con sus vidas, como si nunca hubiera existido aquel muchacho expresión más bien seria. Bien podrías ser tu, pues el no es tan diferente a ti. Te diré que se parece bastante a nosotros.

En esta huida sin sentido, a locas, falta de tantas cosas, encuentra un claro de luz en el camino. ¡Bobo! ¡No te pares a mirarlo! No es mas que un simple lucero, y los que te persiguen no andan lejos. Pero nuestro héroe, no hace caso. Nuestro consejo si que era bueno, pero parece que está decidido a ignorarlo por completo. Yo no puedo más, se que debería morderme la lengua, pero le pregunto: Carlos, si sabes que van a por ti, ¿por qué te paraste en el último momento? Me mira con su sonrisa medio seria, mientras que dos hombres oscuros, sin rostros, le agarran de los brazos. “Susana, todas las noches salgo a mi balcón para mandarte un beso a través de la luna. Si no sentía mi vida, por última vez, nunca podría recordarla para siempre”.

Escrito por susana a las 1:54 AM | ¿Alguien quiere decir algo? (0)

15 de Noviembre 2004

El quinto sol.

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Suele pasar, que a veces, nos enamoramos sin quererlo. Te enamoras del presentador de las noticias, del cirujano de urgencias o del escritor. Yo personalmente, estoy literalmente (y nunca mejor dicho) enganchada a la columna de Arturo Pérez-Reverte, y digamos que cada palabra que escribo, me acerca un poquito más a él. Claro que lo de Arturo es una cosa totalmente platónica. Supongo que si tuviera la ocasión de conocerle, le daría las gracias. Simplemente le diría que me encanta leerle, que gracias a personas como él, disfruto escribiendo, y que es muy valiente por escribir tal y como piensa. Yo a veces, censuro un poco. Supongo que sin mi autocensura, esto se desmadraría un poco. Quizás demasiado.

Volviendo al tema, sobre los amores, la cosa siempre ha estado complicada. ¿Verdad? Nos enamoramos de quien no queremos. Según mis teorías sobre estas cosas, y largas conversaciones con el Peatón, lo de enamorarse, es una cuestión de afinidades. Claro. La tele también juega un papel crucial. ¿No? Va a ser que si. Todavía no he visto un galán de telenovela que no sea un semi-dios. Y que decir de las niñas de las pasarelas, tan divinas… y faltas de un buen potaje.

¿Y si te encariñas de alguien? ¿Y si empiezas a sentir algo más? Todos los esquemas fallan, la alarma de peligro salta cada diez minutos, tu micro mundo (que en realidad es el único que conoces) cambia. Ya no gira entorno al macho-men inaccesible. Lo mismo si… pero eso es aún más chungo. Chicas de hoy en día: los machotes, ya no se llevan. Ahora se llevan los metrosexuales, que no se yo quién se tiene en más alta estima. Supongo que hay que hacer un esfuerzo, y dar un poquito de eso que es lo mejor de nosotros mismos. Hay que saber venderse. Eso es fundamental a la hora de estas cosas. Digamos que, es una especie de marketing. Lo mismo por eso, en la noche, todos los gatos son pardos.

Bueno, y si no te corresponde, no es el fin del mundo. Te lo digo yo, que he sobrevivido a muchos enamoramientos. Eso si, si te enganchas, como yo a Arturo, no se lo digas. No merece la pena, porque no lo va a tomar como un piropo, o como un cumplido, o como la cosa más bonita que le han dicho nunca. Va a ser tonto del culo,(no va por ti, querido Arturo) se lo va a creer del todo, y automáticamente, pensará que su mamá tenía razón, que él es el quinto sol. Luego te dirá que no quiere compromisos. ¡Cuántas veces me han dicho eso! Yo ya me rio, nunca pensé que llevara un cartel en la frente, tipo cásate conmigo, y adopta a mis churumbeles. El único consejo que puedo ofrecerte, (te diré que tengo fama de consejera) es que te pongas guapa, muy guapa. Haz de ti tu mejor inversión, escribe, estudia, trabaja, y se sólo fiel a ti misma. El resto viene solo.


Una canción: Veneno en la piel, Radio futura.

El quinto sol, una imagen de Robert K. Everest. Gracias.

Escrito por susana a las 3:27 PM | ¿Alguien quiere decir algo? (4)