Diario de una teleñeca.
Bienvenido al Diario de una Teleñeca!!
Me encanta contar las cosas que van pasando en mi entorno. De pequeña queria ser escritora, y ésta es una muy buena oportunidad. No dudes en dejar tu opinión al respecto, y volver por aquí cuando quieras.
25 de Abril 2006
SICH-1
La noche del pasado sábado 15 de abril, salí a la terraza a que me diera el aire. La verdad es que me da un poco de miedo salir de noche a la terraza, pero si salgo acompañada, es otra historia. Mi madre fumaba un cigarrillo, sentada en un banco de resina blanco. Yo miraba al infinito, tumbada en una hamaca.
Siempre mirando a las estrellas.
Mamá, ya sabes que no me canso.
Siempre intento que mi madre vea las poquitas estrellas que conozco en el cielo. Fíjate si me gustan las estrellas, que el techo de mi cuarto está lleno de pegatinas, dibujando constelaciones. Las compré en el planetario de Madrid, cuando estaba en séptimo de la E.G.B. Teniendo en cuenta, que quería/quiero ser astronauta
es bastante normal. Recuerdo que cuando se veía Marte, una noche me quedé a dormir en casa de mis abuelos en verano, para explicarles que aquel puntito rojo era un planeta, y que nunca volveríamos a verlo tan cerca. La cara de asombro de mi abuela no se me olvidará en la vida.
El caso, es que siempre que es de noche, y salgo a la terraza con mi madre, espero ver algo. La mayoría de las veces, lo único que veo son aviones, pero en verano, se ven muchas estrellas fugaces. Pero aquel sábado, de repente vi una especie de amago de fuegos artificiales.
Mamá mira!! Fuegos artificiales!!
Me encantan los fuegos artificiales. Pero eso no eran fuegos artificiales. El supuesto cohete, empezó a subir, y a subir
a una velocidad tan lenta, que tampoco era una estrella fugaz. Sin prisa, pero sin pausa, empezó a fragmentarse en trozos. ¿Será un cometa? Lo hubieran anunciado en la tele, no creo que algo tan hermoso pueda pasar de desapercibido. La estrella gigante, seguía su camino. Mil dudas asaltaron mi mente. Sabía que era algo importante, pero ¿el qué?
Los días pasaron, y lo que en principio era catalogado como bola de fuego que cruza el cielo de Málaga por el Diario Sur, resultó ser el satélite SICH-1 desintegrándose sobre Andalucía, ante la mirada atónita de mi madre, justo sobre mi terraza.
No daba crédito a lo que estaba viendo, de hecho, no tenía ni idea de lo que estaba viendo. No sabía si era un asteroiode, un cometa o incluso un ovni!! Resultó ser la reentrada de un satélite, y de paso, mi primera anécdota espacial. Esperemos que no sea la última.
21 de Abril 2006
El regreso.
Esta semana ha sido de lo más completita, y eso que aun no ha acabado. Haciendo un balance-resumen, vuelvo a ser una chica triple E, voy a tener una mega multa por no devolver los libros que pillé para la Semana Santa, vuelvo a estar medio resfriada (con tendencia a muy resfriada), me he aprendido el último disco de Calamaro de tanto escucharlo camino a cualquier sitio, comprobado que realmente soy una adicta al café, reprimido mi instinto asesino varias veces (sobre todo desde las bancas de la clase), organizado mi escritorio N veces, perdido el 32 otras tantas, y descubierto que todo lo que desarmo puede no volver a quedar bien armado.
Y aún queda el reencuentro con los Servícios, el fiestorro cumpleañero de esta noche... Sin olvidar al fin de semana en sí, es decir, sábado y domingo. A ver si mejoro un poco (o mejor dicho, no empeoro) y hago una escapadita a la playa, que ya hace bueno. Y ya que estamos, podríamos bailar algún tango, por los viejos tiempos. Ya te dije que esta semana era muy completa. Qué cosas que tengo, ¿no?
Una canción: Por una cabeza, versión de Andrés Calamaro.
[...]
Cuántos desengaños, por una cabeza,
yo juré mil veces, no vuelvo a insistir,
pero si un mirar me hiere al pasar,
su boca de fuego, otra vez, quiero besar.
13 de Abril 2006
Abril 2006
Anoche ponían en la tele El hijo de la novia, una película que recomiendo totalmente. Me hizo pensar en mis cosas, un poquito más si cabe. Los días de vacaciones se me van de las manos, pero mi cabecita sigue pensando. Piensa que este abril es tan diferente al del año pasado, que se da cuenta de que las cosas si que van cambiando.
Este mes de abril, no me lo ha robado nadie. Tampoco ha venido él, aunque de eso no estoy del todo segura. Mi móvil vió su llamada perdida, pero la dueña, que soy yo, prefirió no verla. ¿Sabes? Al final, nos quedamos sólo con lo bueno. A mí es lo que me pasa, que me quedo solo con lo bueno. Esta memoria mía, no tiene remedio. ¿Dónde está toda la rabia?
Y aunque las cosas hayan cambiado, resulta que en abril, vuelve él. Vuelve a mi mente, y no se irá hasta que llegue mayo. Se queda vagando entre esos recuerdos buenos que quedan en el altillo de mi armario, y realmente no sé la razón. Si es que existe una razón...
¿Debería conservar también los malos recuerdos? Podría montar una fábrica de conservas de recuerdos. Abres una lata, y aparece su sonrisa. Abres otra, y aparecen mis lágrimas. Vuelves a probar, y aparece el mar. Conservas buenas y malas. No creo que funcionara en el mercado. Se me va la olla. Tanto estudiar no es bueno.
Por lo menos tengo claro que por aquí, no se le echa de menos. Ya te digo, las cosas, van cambiando. Tanto, que me gustaría que Chico Desconocido me rescatara del tedio y los apuntes. Aunque ¿cómo va a hacerlo si apenas sabrá quien soy? Tendré que armarme de valor, sobrevivir a un nuevo principio de esos de los míos, y decirle Hola, yo soy Susana. Algún día. Hoy no tengo prisa.
Una canción: Si te vienes conmigo, de Manolo García.
6 de Abril 2006
Castigo...
La otra tarde, Juanito, el niño al que le doy clases, me contó la típica trastada que creo, todos hemos vivido en el cole. Un niño dice una palabrota, y la profesora castiga a toda la clase, porque no sabe quién ha sido.
Las vías para que la maestra levante el castigo, son de sobra conocidas. O el chivato de turno delata al culpable, o el culpable confiesa en voz alta. Hasta ahí, lo de siempre.
Lo novedoso fue el castigo: los chicos estaban castigados sin poder jugar al fútbol. Esto no supuso ningún contratiempo a Juanito, ya que él es más de la bici. Las niñas en cambio, tenían que recoger todos los papeles del patio. La verdad es que a parte de desigual, absurdo y sexista como apunta Jm- es básicamente, un castigo distinto, en función de si eres chico o chica. No me parece correcto, ni justo, ni acorde con los tiempos que corren.
Este tipo de castigos, me parecen una humillación. Comprendo que el patio lo ensucian niños y niñas, y comprendo que limpiarlo entre todos no es mal castigo. Lo que no comprendo, es que sean las niñas las que tengan que limpiarlo y los niños (como Juan) se pudieran quedar tranquilamente en clase. Mi no comprender, y eso que estoy entrenada para comprender lo incomprensible.
Nota: el taco lo dijo un chico.
Una canción que sé que estábais deseando: Opá yo viacé un corrá, de El Koala.